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Hacer Frente al Linfedema

Lo que necesitas saber ahora – y nuevas estrategias que funcionan

Coping with Lymphoedema

¿Tienes linfedema o estás preocupada de poder desarrollarlo? El linfedema puede aparecer inmediatamente tras tu tratamiento de cáncer de mama, pero a veces los síntomas no aparecen hasta meses o incluso años después. Nos enteramos de cómo los cirujanos, especialistas y asociaciones de apoyo, están ayudando a las mujeres a hacer frente a esta condición.

Si te han realizado una cirugía de cáncer de mama o radioterapia, es posible que hayas desarrollado linfedema. Si es así, no estás sola: el linfedema afecta a una de cada cinco mujeres sometidas a tratamiento de cáncer de mama. Pero a pesar de este valor estadístico, no siempre los profesionales de la salud facilitan a la paciente información adecuada al respecto. Esto podría deberse a que el enfoque del equipo médico se centra en curar su cáncer de mama
- una enfermedad que amenaza la vida - y algunos ven el linfedema como un efecto secundario potencial relativamente leve. Cualquiera que sea la razón, las mujeres no informadas de los riesgos y las causas, comprensiblemente se asustan y desconciertan cuando experimentan los síntomas por primera vez.

Mantente en la corriente

El sistema linfático actúa como una de las defensas naturales del cuerpo contra la infección. El líquido linfático elimina las bacterias y residuos de nuestros tejidos, pasando a través de una fina red de vasos sanguíneos a nuestros ganglios linfáticos, donde se limpia.

Si se daña el sistema, se pueden bloquear los canales linfáticos, lo que se traduce en la acumulación de fluido en las extremidades y causando inflamación. Esta incómoda condición se conoce como linfedema secundario (en oposición al linfedema primario, que es causado por una alteración genética).

El linfedema secundario es a menudo un efecto adverso del tratamiento del cáncer de mama debido a los daños causados por la cirugía o la radiación. Los primeros síntomas incluyen sensación de pesadez, generalmente en el brazo, presión en la piel e inflamación en la zona afectada.

Desafortunadamente, si estás a punto de ser sometida a un tratamiento contra el cáncer de mama, no hay nada que puedas hacer para evitar el linfedema. Sin embargo, el terapeuta linfático Michael Villemin está convencido de la importancia de que todas las mujeres deben ser informadas de los riesgos, antes de comenzar el tratamiento.

“Se consiguen mejores resultados si se inicia el tratamiento de la enfermedad en la primera etapa”, dice. “Sin embargo, a menudo cuando la paciente acude a su equipo médico por un cierto malestar, se le dice que no pueden ayudarla. Es sólo entonces cuando comienza la búsqueda de información y ayuda en otro lugar.”

Junto con aproximadamente otros 200 terapeutas linfáticos registrados en el Reino Unido, Michael utiliza un tipo de masaje especial, denominado
Drenaje Linfático Manual, o MLD. Este tratamiento, a veces combinado con un vendaje en multicapas, junto con simples ejercicios diarios, puede reducir
drásticamente los síntomas de linfedema y hacer que la situación sea manejable. Desarrollado en 1930, hay varios tipos diferentes de técnicas MLD incluyendo Vodder, Leduc, Földi y Casley-Smith y es fundamental que lo realice un terapeuta cualificado y entrenado.

Autoayuda

Si tienes linfedema, y aunque estés recibiendo tratamiento en tu hospital o hayas buscado los servicios de un especialista en MLD, hay algunas medidas de autoayuda que pueden hacer que mejores. 

También puedes probar SLD - Drenaje Linfático Simplificado, una forma de MLD que se puede enseñar a los pacientes para ayudarles a mantener bajo control el linfedema, una vez que el volumen se ha reducido con MLD y vendajes multicapas. Usar tu prenda de compresión, si tienes una, y asegurar que proteges la extremidad afectada, también te ayudará.

Independientemente de que padezcas linfedema o no, Michael aconseja una dieta equilibrada y beber abundante agua para diluir y eliminar toxinas. El ejercicio regular también ayuda a estimular el flujo linfático. “Saltar en un mini-trampolín un par de veces a la semana es genial”, dice. “Cuando
saltas en un trampolín, estás flexionando los músculos, aumentando las pulsaciones, a la vez que el impacto es más suave, que saltar sobre el suelo.”
Obviamente, si notas cualquier inflamación o malestar, consulta con tu equipo médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio. Pero incluso si no estás saltando de alegría,  tal vez te inspire saber que la ayuda y el asesoramiento están ahí fuera, y el conocimiento sobre linfedema está aumentando.

¿Ayudaría más cirugía?

Especialistas pioneros de todo el mundo están trabajando intensamente para ofrecer a las pacientes de linfedema soluciones quirúrgicas, incluso la transferencia de los ganglios linfáticos, donde los ganglios linfáticos sanos son transferidos de una ‘zona donante”, con el fin de tratar de restablecer el
flujo linfático sano. Otro procedimiento consiste en la ‘súper micro cirugía,’ donde vasos sanguíneos de menor grosor que un pelo, con la ayuda de un microscopio quirúrgico, se unen para mejorar el flujo del líquido linfático, aliviando así los síntomas de linfedema.

Estos procesos no se practican de forma general (ni están actualmente disponibles en el SNS del Reino Unido), y tampoco ofrece una cura completa, pero constantemente aparecen nuevos desarrollos y existe una comunidad creciente de enfermos, especialistas y cirujanos haciendo campaña para
mejorar el conocimiento sobre el linfedema y ofrecer mejores opciones de tratamiento.

Referencias:

Professional Association of Manual Lymphatic Drainage practitioners, www.mld.org.U.K.
Michael Villemin, MLD practitioner, http://www.santeaunaturel.co.U.K./
Lymphedema Support Network, www.lymphedema.org
Oxford Lymphedema Practice, www.olp.surgery
HealthUnlocked, www.healthunlocked.com

Este artículo ha sido publicado en la  Revista Amoena Life, Otoño 2015.