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Cuando una manzana al día no es suficiente

La presencia constante del miedo

Volvor

Bor Beth Leibson 

Susan, una escritora de Nueva York, terminó su tratamiento contra el cáncer de mama hace seis años. Desde entonces, su vida ha vuelto a la normalidad. Y eso, a pesar de que tiene que ir a su médico para realizar una revisión cada tres meses. 

"Mi próxima cita es el día 25, así que no voy a empezar a preocuparme el día 1", explica. "Pero sé que no va a ser un mes productivo." Ella se preocupa por lo que va a encontrar su médico. 

Susan no está sola con sus temores, dice Elissa Bantug, Coordinador de Proyectos del Breast Cancer Survivorship Program (programa de supervivencia del cáncer de mama) en el Johns Hopkins Sidney Kimmel Comprehensive Cancer Center, ella misma se vio afectada por el cáncer de mama en dos ocasiones. "Los estudios muestran que hasta un 80% de las mujeres afectadas sufre el temor de recurrencia", añade. 

"Para algunas mujeres, estas preocupaciones pueden ser tan fuertes que influyen en las decisiones de tratamiento, en la forma en que comunican sus síntomas, en su comportamiento durante el tratamiento y en toda la calidad de vida", dice Nancy K. Janz, médico, Professor of health behavior and health education ( profesora de comportamiento de salud y educación para la salud ) en la University of Michigan School of Public Health y científica en la University of Michigan Comprehensive Cancer Center. 

Sin embargo, la recurrencia de la enfermedad no es la única preocupación. Algunas de las mujeres afectadas temen que podrían sufrir un tipo diferente de cáncer. Tienen la sensación de perder el control - justo en el momento en que vuelven a coger las riendas de su vida. O se acuerdan de las náuseas durante la quimioterapia y sienten el estómago apretado de nada más cruzar el umbral de la puerta del hospital. 

Estos sentimientos pueden ser muy estresantes. Para algunas personas el simple hecho de tener una cita con el médico hace que sufran dificultades para dormir, pérdida de apetito, cambios de humor, o aumento del dolor, según el Cancer Council Victoria (un centro de asesoramiento sobre el cáncer) en Melbourne/Australia. Esta organización sin ánimo de lucro apoya la investigación del cáncer y actúa en representación de los intereses de las víctimas. 

Y cada vez más personas hacen frente a estos desafíos gracias a los métodos de tratamiento más eficaces. En la década de 1970, menos de 50% de las personas a las que se les diagnosticaba cáncer vivían cinco años después del diagnóstico. Hoy en día, un 70% de los pacientes con cáncer vive por lo menos cinco años y, como consecuencia de este desarrollo, el número de supervivientes ha aumentado a cerca de 12 millones en EEUU, según CancerCare,una organización de autoayuda sobre el cáncer con sede en Nueva York. 

No todos los afectados tienen la misma atención postratamiento. La frecuencia de las citas varía dependiendo del tipo de cáncer, del tipo de tratamiento y la salud general. Y cada uno de los diferentes médicos controla el tratamiento. Algunas mujeres van a la consulta de sus cirujanos mientras que otras van a la de sus oncólogos, ginecólogos o incluso internistas. Algunas afectadas pueden incluso ser atendidas por diferentes médicos, como oncólogos y cirujanos. 

El que controle este proceso - según el National Cancer Insitute la mayoría de los afectados van al médico, durante los primeros años, cada tres o cuatro meses y luego una vez o dos veces al año. Algunos de estos tratamientos implican sólo las pruebas físicas, mientras que otras pruebas requieren análisis de sangre, mamografías y ecografías e incluso otro tipo de pruebas. 

Cuando ve el calendario se pone nerviosa

Ann Fry, que terminó su tratamiento contra el cáncer de mama hace cerca de dos años y medio, pensó que se tranquilizaría con el tiempo. Por desgracia, no fue así. "Al principio no estaba muy nerviosa", dice, explicando que pensaba que cuando terminara el tratamiento, también terminaría el tema del cáncer. Pero cuando a los dos años fue a la consulta de seguimiento, el médico encontró algunos puntos sospechosos: dos resultaron ser inofensivos, pero el tercero era precanceroso y Ann fue sometida a una cirugía conservadora de la mama. Ahora por lo menos está segura de que su historia de cáncer ha terminado. 

"Ahora, cuando miro el calendario y veo que tengo una cita con el médico en pocos días, siento como una punzada", dice Ann, quien tiene un Máster en Trabajo Social y es fundadora de la página web www.iamathriver.com, un sitio web que está diseñado específicamente para las personas afectadas. "En el metro, cuando voy a la cita, estoy nerviosa por si el médico encuentra algo nuevo." 

Volver a la vida después de una enfermedad tan peligrosa puede ser muy difícil, incluso traumático", dice Elissa, y ella habla en base a su experiencia personal. Como corredora, tenía preocupaciones durante el periodo de atención postratamiento. Tenía miedo cada vez que sentía dolores en sus piernas, aunque sabía que sería mucho más probable que fuesen calambres que un tumor. Con el tiempo se ha vuelto más segura con respecto a su salud - y ha decidido ayudar a otros pacientes a encontrar su "nueva normalidad". Durante su diagnóstico y tratamiento, Elissa se sentía como si tuviera que luchar cada paso del camino, y como resultado se convirtió en una portavoz de las mujeres con cáncer de mama. Intenta que no sea tan duro para las demás. 

"Se puede decir que una persona que pasa mucho tiempo preocupándose por el cáncer, o bien no llega a tener cáncer - y en este caso uno ha pasado mucho tiempo preocupándose innecesariamente - o tiene cáncer - y por lo tanto ha desaprovechado el tiempo ", argumenta Elissa."Pero uno no puede simplemente decirle a alguien que debe dejar de preocuparse." Esto simplemente no funciona. "Se trata de la búsqueda de la manera correcta, uno debe encontrar lo que funciona en su propia vida. Una manera que sea culturalmente sensible y significativa”. 

Y ahora para citar al autor y optimista profesional Dale Carnegie - ¿Cómo dejar de preocuparse y comenzar a vivir? 

En primer lugar, y aquí los expertos coinciden, es importante conseguir una buena información. Investigadores del University of Michigan Comprehensive Cancer Center que en el caso de las mujeres que comunican, 

  • que entendían bien la informaciónsobre su enfermedad y tratamiento, 
  • que tienen más ayuda con sus síntomas y 
  • una atención más coordinada, 

es menos probable que ellas estén tan preocupados por una recurrencia como aquellas que carecen de estos recursos. 

La autoiniciativa ayuda.

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Además de la obtención de información, Elissa enfatiza la importancia de un estilo de vida saludable. "Vuélvase activa y permanezca activa", aconseja a las afectadas. "Coma sano y no fume." Saber que usted está haciendo todo lo posible para evitar el cáncer puede reducir el miedo, explica.

Como asesora de salud, así como víctima, Elissa explica que "también ayuda a definir las señales a las que hay que estar atenta - señales de recurrencia o un nuevo cáncer," dice ella. Muchas personas creen que ser capaces de hacer algo práctico y de responsabilidad personal, como la comprobación periódica de la mama, puede aliviar la ansiedad. 

Y la investigación lo confirma. "El desafío es que las mujeres conozcan los signos de una recaída, pero sin excesiva preocupación. ¿Con qué frecuencia la preocupación de las mujeres porla recurrencia a menudo no está en proporción con el riesgo real de una recaída?", dice Nancy. 

Creo firmemente que uno debe disfrutar de todos los días tanto cuanto sea posible - especialmente después del cáncer. --Ann Fry  

Puede ser útil, afirma Elissa, tener a alguien con quien pueda hablar. "Puede ser un grupo de autoayuda, un trabajador social o terapeuta - o incluso un amigo que te entienda", explica."Intente encontrar a alguien con el que pueda establecer una conexión". 

Ann reconoce que los grupos de autoayuda pueden ser muy útiles - también la ayudaron a ella - pero subraya que es importante encontrar uno realmente bueno. Si, por ejemplo, todo el mundo en el grupo es 30 años mayor que tú, podría ser difícil sacar consuelo de las reuniones. 

Tanto Elissa como Ann coinciden en que es importante encontrar a alguien que sea un buen modelo a seguir. "Preste atención los enfermos que se sienten bien, que florecen de nuevo después del cáncer", sugiere Elissa. La página web de Ann está dedicada al concepto de renacimiento después del cáncer y otras enfermedades y condiciones que amenazanla vida. 

Ann también tiene una serie de consejos muy prácticos desu propia vida. "Si empiezo a ponerme nerviosa, salgo, me siento en una cafetería y me bebo una copa de vino." Intenta hacer algo con amigos -pero incluso si nadie puede, Ann sale de todos modos. "Me voy al cine,escucho música o escribo en mi blog. Yo trato de distraerme positivamente". 

Distracción positiva ya era el método de Ann cuando todavía estaba en tratamiento. "La noche antes de la cirugía conservadora de la mama, fui a una fiesta de Navidad. No comí ni bebí nada de alcohol, pero me tomé un sorbo de Coca-Cola Light y bailé." Estaba un poco nerviosa cuando iba de camino al metro, dice ella, pero al menos no pasé toda la noche preocupándome. "Quiero vivir cada día", dice. Ella cree que este método le funciona muy bien. 

Al mismo tiempo, Ann cree que es importante no negar sus sentimientos. "Cuando tengo que llorar, lloro", dice ella. "No finjo que no tengo este sentimiento -. Yo sólo trato de no pensar en ello." 

Elissa también afirma que el tiempo puede ayudar a las víctimas a preocuparse menos acerca de las citas de rutina. "El tiempo cura muchas cosas", dice. 

"Creo firmemente que uno debe disfrutar de todos los días tanto como sea posible - especialmente después del cáncer." dice Ann. "Creo que si dejamos que esta enfermedad nos hunda, sólo nos lastimamos a nosotros mismos", explica. "Mi mensaje principal es, por lo tanto, vivir cada día con un objetivo - ama a tus hijos, ama a tu pareja, disfruta del trabajo que haces, cuida de ti mismo y disfruta de tu vida." 

Este artículo fue publicado inicialmente en la edición de norteamericana de la revista Amoena Life.